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10/3/14

El hombre que se puso un útero para desatar una revolución

El hombre que se puso un útero para desatar una revolución



Arunachalam Muruganantham
A Arunachalam Muruganantham su invento le costó mucho: estuvo a punto de perder a su familia, su dinero y su lugar en la sociedad. Pero nunca perdió su sentido de humor.
"Todo empezó con mi esposa", le cuenta a la BBC, en su natal India.
En 1998 se acababa de casar y su mundo giraba en torno a su esposa, Shanthi, y su madre viuda. Un día vio que Shanthi estaba escondiendo algo y cuando se enteró de qué era le aterró: "trapos asquerosos" que usaba durante la menstruación.
Cuando le preguntó por qué no usaba toallas sanitarias, Shanthi le señaló que si las usaran las mujeres de la familia, no quedaría dinero para comprar leche.
Para impresionar a su joven esposa, Muruganantham fue al centro a comprarle toallas sanitarias. Las pesó en sus manos y se preguntó por qué 10 gramos de algodón, que en ese entonces costaban 10 paise (US$0,001), se vendía en 4 rupias (US$0,07): 40 veces más.
Decidió que él las podía hacer más baratas.

El tamaño del problema

Arunachalam Muruganantham
Arunachalam Muruganantham no pudo terminar el colegio pues el dinero no alcanzaba.
Cuando Muruganantham investigó un poco más, descubrió que casi ninguna de las mujeres en los pueblos cercanos usaban toallas sanitarias: menos de una de cada 10. Esto fue confirmado por una encuesta de 2011 de AC Nielsen comisionada por el gobierno indio que encontró que sólo el 12% de las indias usan toallas sanitarias.
Según Muruganantham, en las regiones rurales es aún menos que eso.
Se horrorizó además al enterarse de que las mujeres no sólo usaban trapos viejos sino también otras sustancias antihigiénicas como arena, aserrín, hojas y hasta ceniza.
Y las que usan trapos, no los secaban al sol, pues les daba vergüenza, lo que significaba que no se desinfectaban.
Aproximadamente el 70% de las enfermedades reproductivas en India son causadas por falta de higiene menstrual, que puede también afectar la mortalidad materna.

El hombre con la toalla sanitaria

Primero hizo una toalla sanitaria de algodón y se la dio a Shanthi, esperando que le dijera qué tan bien funcionaba inmediatamente. Ella le contestó que iba a tener que esperar un rato: sólo entonces se enteró de que el período de las mujeres era mensual.
Arunachalam Muruganantham
Muruganantham empezó sin saber siquiera que la menstruación es cíclica.
"¡No puedo esperar un mes cada vez... me voy a demorar décadas!", exclamó y se dio cuenta de que necesitaría voluntarias.
Sin embargo, encontrarlas no era fácil. Sus hermanas se negaron, así que se le ocurrió recurrir a las estudiantes de medicina de la escuela local.
"Pero ¿cómo iba a abordarlas un obrero? ¡Ni siquiera los universitarios se atrevían!".
No obstante, logró convencer a 20 estudiantes de que probaran sus toallas, aunque tampoco funcionó: el día que fue a recoger sus formularios con comentarios encontró a tres de las chicas rellenándolos a última hora, lo que le demostró que los resultados no serían confiables.
Decidió que iba a tener que poner a prueba sus productos personalmente: "me convertí en el hombre que usaba toallas sanitarias".

Un loco con útero

Creó un "útero" con la vejiga de una pelota de fútbol a la que le hizo dos huecos.
"Una mariposa puede chupar miel de una flor sin perjudicarla"
Un amigo carnicero tocaba el timbre de la bicicleta afuera de su casa cada vez que iba a matar una cabra para que Muruganantham fuera a recoger la sangre.
Luego le echaba un aditivo, que le daba otro amigo que trabajaba en un banco de sangre, para impedir que se coagulara demasiado pronto.
Pero nada de ello ocultaba el olor.
Caminaba, montaba bicicleta y corría con la vejiga de fútbol debajo de su ropa tradicional, bombeando constantemente sangre para poner a prueba la capacidad de absorción de sus toallas.
Todo el mundo pensó que se había vuelto loco.

Perderlo todo

Arunachalam Muruganantham
La intención de Muruganantham nunca fue competir con las multinacionales.
Solía lavar su ropa manchada de sangre en un pozo público, por lo que el pueblo entero concluyó que sufría de una enfermedad sexual.
Los amigos cruzaban la calle para no toparse con él.
"Me consideraban pervertido", recuerda.
Su esposa se cansó y se fue. "¡Dios tiene sentido del humor: empecé mi investigación por mi mujer y 18 meses después me dejó!", dice.
En vez de darse por vencido, tuvo otra idea: estudiaría toallas sanitarias usadas, pues seguramente revelarían todos los secretos.
Problemático, en una comunidad tan supersticiosa. "Hasta pedir una hebra de cabello de una mujer hace que sospeche que van a usar magia negra para cautivarla", explica Muruganantham.
Le entregó sus toallas a su grupo de estudiantes de medicina y las recogió después.
"¡Dios tiene sentido del humor: empecé mi investigación por mi mujer y 18 meses después me dejó!"
Las puso en el patio de atrás de su casa para estudiarlas pero su madre las vio y esa fue la gota que derramó la copa: lloró, envolvió sus pertenencias en su sari y se fue.
"Fue todo un problema: tuve que empezar a cocinarme la comida".
Lo peor estaba por venir.
Los aldeanos se convencieron de que Muruganantham estaba poseído por espíritus malvados y se dispusieron a encadenarlo de cabeza a un árbol para que un brujo lo sanara.
Sólo logró salvarse prometiendo que se iría del pueblo.
"Me quedé solo en la vida".
Sin embargo, continuó.

Misterio resuelto

Arunachalam Muruganantham y su máquina
Le tomó más de dos años y mucho esfuerzo descubrir que la celulosa era la clave.
El misterio más grande para él era de qué estaban hechas las toallas sanitarias buenas.
Había mandado algunas a un laboratorio para que las analizaran, y los resultados decían que era algodón. Pero sus propias creaciones de algodón no funcionaban.
Las que sabían eran las compañías multinacionales pero ¿cómo preguntarles?
"Es como tocar la puerta en Coca Cola y preguntarles cómo la hacen".
Muruganantham le escribió a las grandes firmas manufactureras con la ayuda de un profesor universitario a quien le pagó limpiándole la casa.
Además se gastó US$100 que no tenía en llamadas de teléfono, pero no sabía suficiente inglés. "Cuando me contestaban, me preguntaban qué tipo de planta tenía y no les entendía qué querían decir", recuerda.
Al final se le ocurrió decir que era dueño de un telar, que estaba pensando meterse al negocio y que quería unas muestras.
Unas semanas después, llegaron unos misteriosos tablones duros: celulosa, hecha de la corteza de un árbol.
Le había tomado dos años y tres meses descubrir de qué estaban hechas las toallas sanitarias, pero había un inconveniente: la máquina que se requería para moler este material para convertirlo en toallas sanitarias costaba varios miles de dólares.
Iba a tener que diseñar otra.

Del ostracismo a la fama

Muruganantham enseñando a usar la máquina
Los avatares de la vida de Muruganantham son el tema del documental
"El hombre menstrual" de Amit Virmani.
Cuatro y medio años más tarde logró crear un método barato para la producción de toallas sanitarias.
El proceso involucra cuatro pasos sencillos.
Primero, una máquina similar a un triturador de cocina torna la dura celulosa en un material esponjoso que, con otra máquina, se moldea en forma rectangular.
Esos rectángulos se envuelven en tela no tejida y se desinfecta en una unidad de tratamiento ultravioleta.
Todo el proceso se puede aprender en una hora.
La meta de Muruganantham era era crear una tecnología amigable.
La misión no era sólo expandir el uso de toallas sanitarias sino también crear empleo para las mujeres de las regiones rurales.
Mujeres como su madre, quien cuando su padre murió en un accidente tuvo que vender todo lo que tenía y trabajar como labradora. Pero su salario de US$1 al día no era suficiente para mantener a cuatro hijos. Fue por eso que, a los 14 años de edad, Muruganantham tuvo que abandonar sus estudios y empezar a trabajar.
Las máquinas son deliberadamente simples y esqueléticas, para que las mismas mujeres las puedan mantener. El primer modelo era casi todo de madera y cuando se lo mostró a los científicos del Instituto Indio de Tecnología (IIT), en Madras, no se mostraron muy entusiasmados: ¿cómo iba ese hombre a competir con las multinacionales?
Sin embargo, la intención de Muruganantham no era competir. "Estamos creando un nuevo mercado".
Sin que él lo supiera, el IIT postuló su máquina en una competencia por el premio nacional de innovación, y ganó. El presidente de India, Pratibha Patil, le entregó el premio. De repente, se volvió famoso.
"Gloria instantánea: los medios fotografiándome y todo", dice. "La ironía es que, después de 5 años y medio, recibí una llamada y una voz ronca me dijo: ¿te acuerdas de mí?".

Volvió el amor

Toallas higiénicas hechas por mujeres
Toallas higiénicas hechas por mujeres con la máquina de Muruganantham.
Era su esposa, Shanthi. No le sorprendió el éxito de su esposo.
"Todo el tiempo encuentra cosas nuevas y quiere saber todo sobre ellas. Y luego quiere hacer algo al respecto que nadie ha hecho antes", dice.
No obstante, no es fácil vivir con tal ambición. No sólo le escandalizó el interés de su esposo en ese tema sino que él le dedicaba todo el tiempo y dinero, en una época en la que tenían apenas suficiente para comer bien. Y luego vinieron los chismes.
"Lo más difícil fue cuando los aldeanos empezaron a hablar y a tratarnos muy mal", le confiesa a la BBC. "Hubo rumores de que él tenía relaciones con otras mujeres y que por eso hacía esas cosas". Por eso decidió irse a la casa de su madre.
Eventualmente también la mamá de Muruganantham y el resto de los aldeanos, que lo habían condenado, criticado y aislado, volvieron.

Mariposas

Muruganantham parecía destinado a la fama y fortuna, pero no está interesado en enriquecerse.
"Desde que era niño aprendí que ningún ser humano se muere de pobreza, todo pasa por ignorancia"
"Imagínese, tengo la patente de la única máquina en el mundo para hacer toallas sanitarias baratas. Cualquier persona con un master inmediatamente acumularía el máximo de ganancias. Pero yo no quiero. ¿Por qué? Porque desde que era niño aprendí que ningún ser humano se muere de pobreza, todo pasa por ignorancia".
En su opinión, los grandes negocios son parásitos, como un mosquito, y él prefiere un toque más ligero, como el de una mariposa. "Una mariposa puede chupar miel de una flor sin perjudicarla", aclara.
En India, como en otras partes del mundo, persisten muchos tabúes respecto a la menstruación. Las mujeres no pueden visitar templos o lugares públicos, no pueden cocinar ni tocar el suministro del agua. Esencialmente, son consideradas intocables.
A Muruganantham le tomó 18 meses fabricar 250 máquinas que llevó a los estados más pobres y poco desarrollados en el norte India, los llamados BIMARU o "estados enfermos" de Bihar, Madhya Pradesh, Rajastán y Uttar Pradesh.
La directora de un colegio en Madhya Pradesh hablándole a las mujeres sobre higiene.
La directora de un colegio en Madhya Pradesh hablándole a las mujeres sobre higiene.
Allá a menudo las mujeres tienen que caminar kilómetros para traer agua, algo que no pueden hacer si están menstruando, así que las familias sufren.
"Mi conciencia interna me decía que tenía éxito en Bihar, que es muy difícil, lo tendría en cualquier otro lado", señala Muruganantham.
Fue difícil incluso hablar del tema en una sociedad tan conservadora. "Para hablarle a las mujeres en las zonas rurales se necesita permiso del esposo o del padre y sólo les podemos hablar si estamos detrás de una cobija", explica.
También hay mitos y temores sobre el uso de toallas sanitarias: que las mujeres que las usan se enceguecen o que nunca se casan.
Pero poco a poco, aldea tras aldea, empezaron a aceptarlas y con el pasar del tiempo las máquinas han entrado en 1.300 aldeas en 23 estados.
En cada caso, son mujeres las que producen las toallas sanitarias y se las venden directamente a las clientas. Las tiendas generalmente son atendidas por hombres, lo que intimida a las mujeres.
Otro beneficio es que al comprárselas a mujeres que conocen, reciben información importante sobre cómo usarlas.
Y a veces ni siquiera necesitan dinero, pues muchas vendedoras las canjean por cebollas y papas.

Por y para las mujeres

Estudiantes productoras de toallas higiénicas
Algunas estudiantes ahora producen sus propias toallas higiénicas.
La mayoría de las clientas de Muruganantham son ONGs y grupos de autoayuda de mujeres.
Una máquina manual cuesta unos US$1.200, las semiautomáticas, más. Cada máquina convierte a 3.000 mujeres en usuarias de toallas sanitarias y le da empleo a 10. Ellas pueden producir entre 200 y 250 toallas al día que se venden por unos 4 centavos de dólar.
Las mujeres escogen su propia marca para sus productos, así que no hay una marca generalizada. Es "por y para las mujeres".
Muruganantham también trabaja con colegios pues el 23% de las niñas abandonan sus estudios cuando empiezan a menstruar. Ahora hay estudiantes que hacen sus propias toallas sanitarias. "¿Por qué esperar hasta que sean mujeres? ¿Por qué no empoderar a las niñas?".
El gobierno indio recientemente anunció que distribuirá productos sanitarios subsidiados para las mujeres más pobres. El golpe para Muruganantham fue que no escogió trabajar con él, pero ahora su mira está más allá.
"Mi meta era crear un millón de trabajos para las mujeres pobres pero, ¿por qué no 10 millones en todo el mundo?". Su proyecto se está expandiendo a 106 países en todo el mundo.
"Las recomendaciones de boca en boca son las que han asegurado nuestro éxito, pues es un problema que todos los países en desarrollo enfrentan".

Lo mejor

Esposa e hija de Muruganantham
Muruganantham vive con su esposa, Shanthi, y su hija, Preeti.
Muruganantham vive hoy en día con su familia en un apartamento moderno, tiene un jeep, "que me lleva a las montañas, selvas y bosques", y "no he acumulado dinero pero sí mucha felicidad".
Shanthi y Muruganantham son ahora una unidad estrecha.
Alguna vez le preguntaron si recibir el premio de las manos del presidente de India fue el momento más feliz de su vida. Respondió que no: su mejor momento llegó después de instalar una máquina en una aldea remota en Uttarakhand, en la ladera del Himalaya, donde por muchas generaciones nadie ha ganado lo suficiente para mandar a sus hijos a la escuela.
Un año después, recibió una llamada de una mujer de esa aldea quien le contó que su hija había empezado a ir al colegio.
"Lo que no pudo hacer Nehru, lo logró una máquina", dijo.

27/6/13

Ponte linda bom bom?

MUCHA INFORMACIÓN!!!

23/4/13

Viaje virtual al espacio desde un dispositivo virtual

Viaje virtual al espacio desde un dispositivo portátil

Fuente: BBC MUNDO
 
La Agencia Espacial Europea presentó una aplicación en forma de juguete que consiste en un aparato teledirigido que simula un acoplamiento con la Estación Espacial Internacional. Usted juega y la ciencia espacial se perfecciona.
 
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Investigadores de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) desarrollaron una aplicación para teléfonos inteligentes con la que se puede simular un acoplamiento con la Estación Espacial Internacional.
Sólo se necesita un juguete teledirigido que se conoce como Parrot AR y la aplicación gratuita AstroDrone para poder ser astronautas por un día. El juego tiene, además, un objetivo científico, ya que los datos que emite el aparato son recogidos por la ESA para mejorar el funcionamiento de sus propios robots.
Vea el funcionamiento de la aplicación en este video de BBC Mundo.

18/4/13

Cómo potenciar la revolución urbana

Cómo potenciar la revolución urbana

Por Gaia Vince para BBC Future,
(Traducido por Oscar Rivera)

How to power the urban revolution
(Derecho de autor: Thinkstock)
Nuestras protuberantes ciudades consumen enormes cantidades de energía y generan más de 80% de emisiones globales de carbón. Necesitamos hacerlos más autosuficiente, pero ¿cómo?

Como he dicho antes, la Tierra está experimentando un evento urbano único. La migración de las personas a las ciudades es por lejos los humanos más grandes han presenciado, y tienen impactos de gran alcance en la geología del planeta, la biología y la química. En un tiempo de disminución de recursos y crecimiento de gases de efecto invernadero, ¿cómo será potenciada la revolucionaria Antropogenia* urbana?

Antropoceno.- (Anthropocene – Inglés) término geológico-cronológico informal, usada para marcar la evidencia y grado de actividades humanas que han tenido un impacto global significante, en los ecosistemas de la tierra. El término fue acuñado recientemente por el ecologista Eugen F. Stoermer y popularizado por el Premio Nobel en Química Atmosférica Paul Crutzen.

Los centros de vida, la industria y el transporte de las ciudades consumen una gran proporción de los recursos energéticos globales y engendran más de 80% de emisiones globales de carbono. Sin embargo, las ciudades también representan la concentración más apretada de usuarios de energía, haciendolos objetivos ideales para mejorar la eficiencia.

La generación de la electricidad en el Antropoceno es como llegar descentralizara un usuario-propietario. Las grandes centrales eléctricas que suministran actualmente las ciudades continuarán existiendo, pero los individuos y las comunidades en crecimiento generarán su propia energía – a través de tejados solares-térmicos de paneles o fuente terrestre para calentar agua y edificios, y paneles fotovoltaicos y turbinas de viento para proporcionar electricidad, por ejemplo. En la próxima década, pintura fotovoltaica, persianas y vidrios que pueden engendrar electricidad de la luz del sol, serán utilizados para edificios  públicos y privados. La basura producida por dueños de casa y oficinistas también podría usarse en el sitio para generar calor y energía eléctrica combinados para bloques residenciales y comerciales.

Muchas ciudades tienen planes para llegar a ser independiente de su red eléctrica nacional en la próximo par de décadas – algunos pueblos y las aldeas ya lo están aplicando.

El ambiente urbano probablemente también generará su propia electricidad y calor a través de  mediciones pasivas, más bien como los radios de cristal solían ser. Los pavimentos, las calles, la escalera y los pasillos en edificios pueden ser equipados con generadores piezoeléctricos que puedan cargarse con cada pisada. Otras innovaciones de generadores energéticos que están en el desarrollo incluyen en-zapato dispositivos piezoeléctricos, cargadores de teléfono que trabajan del calor de cuerpo, encendiendo que depende de las bacterias bioluminescent de las algas. Los tubos que llevan agua podrían ser empotrados en el asfalto oscuro en pavimentos, los techos o las calles para reunir la energía térmica solar engendrada durante el día. En París, por ejemplo, el calor de trenes de pasajeros y de los cuerpos de esperar a viajeros en una estación subterránea de Metro son utilizados para calentar el bloque de apartamento encima de ellos.

Las eficientes mediciones en la generación, de transporte y  uso de energía necesitarán para ser mejorado vastamente, para que por ejemplo el calor de desecho sea recuperado de las calderas y almacenado o utilizado en otra parte, la fuga es reducida con aislamiento y materiales mejorados, y automatizados con "smart" controles que regulen el uso de energía a través de edificios, desde el apagado de luces en cuartos desocupados al ajuste de sistemas de calefacción y refrigeración. (Discutiré la red de ciudades inteligentes en mi próxima columna)

La producción descentralizada y renovable de la energía, que es a menudo irregular o (en el caso de solar o de la marea) depende del tiempo del día, requiere una red inteligentes mucho más flexible que algunas de las que se usaron en la mayoría de las ciudades durante el del siglo XX utilizaron hasta hoy. Una red inteligente depende de  sensores y mecanismos de realimentación para detectar la demanda de clientes y ajustar la carga como corresponde. Por ejemplo, en demanda máxima – 7am cuando todas las personas encienden sus calentadores – los generadores en pausa o dispositivos de almacenamiento pueden ser traídos en línea, mientras algunos aparatos, como refrigeradores o sistemas de aire acondicionado pueden ser automáticamente llamados o apagado para un tiempo corto.

De la red
La mayoría de los países miran para adoptar redes inteligentes en los años venideros, en parte porque son mucho más eficientes y tan utilizan menos energía, pero también porque tienen en cuenta la integración de la energía renovable – monitoreando y detectando la demanda y suministros en tiempo real y balanceando las cargas como corresponde – y para dueños de casa individuales, el exceso de electricidad realimentaría la red. Las mejoras  de la red son esenciales – inclusive las grande ciudades como Nueva York han estado experimentando apagones paralizantes – pero son caros y disruptivos, y rechazados por las  industrias consumidoras de gran cantidad de energía como las que trabajan con cemento, que prefieren centrales eléctricas de carga de base ("baseload"). Actualmente, la naturaleza intermitente de viento y generación solar es superada por el respaldo de plantas de poder que funcionan con combustible fósil, nuclear o de caídas de agua (hidroeléctricas).
Sin embargo, las soluciones del almacenamiento y  distribución de energía están llegando a ser cada vez más urgentes. Almacenar la energía localmente que los edificios producen para un uso que eventualmente será bastante más eficiente que alimentarla en la red y usar la red como el almacén de la energía. Hay un montón de opciones pero ninguna es perfecta. Las baterías están mejorando cada año, con el mayor parecido a la opción de escala de redes siendo baterías líquidas del metal, que aún continúan en la etapa del prototipo. Usar la energía para comprimir el aire o el vapor, que después puede ser lanzada y convertida a electricidad es otra opción. Otros están buscando con energía para dividir el agua, creando el hidrógeno para el almacenaje, con lo cual se puede quemar como combustible cuando se necesite. Otra opción es almacenar la energía de las vueltas rápidas de una rueda volante fricción-libre - la energía entonces es alcanzada usando la rueda volante para convertir un rotor en un generador eléctrico, que retarda la rueda.
En el Antropoceno, la gente también tendrá que limitar el uso de energía de alto consumo electrónica, o usar métodos de recarga renovable – sólo en Gran Bretaña, el consumo de electricidad para uso doméstico se ha duplicado desde los años 70. Los arreglos rápidos, tales como la adecuada iluminación de baja energía (el 20% de la energía de un edificio se consume con la iluminación), y la mejorar del aislamiento podrían convertirse en obligatorias a través de políticas adecuadas para la regulación de construcciones, ventas de propiedades y códigos de alquiler. Estos son pequeños pasos, pero llegará el día cuando todos los nuevos edificios sean autosuficientes generadores de energía, con resultados de las redes del vecindario corriendo cooperativamente en la red de la ciudad.

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Sobre el autor: Gaia Vince
Gaia es escritor y un locutor de la ciencia que está particularmente interesado en cómo los seres humanos están transformando la tierra del planeta y los impactos nuestros cambios están teniendo en sociedades y en la otra especie. Ella ha visitado la gente y lugares alrededor del mundo en una búsqueda para entender cómo nos estamos adaptando al cambio ambiental. Usted puede seguirla las aventuras en www.WanderingGaia.com y en Twitter en @WanderingGaia.